La agencia calificadora Fitch Ratings ha decidido mantener la calificación crediticia de Nicaragua en «B» con perspectiva estable, una evaluación que refleja tanto los avances económicos recientes como los desafíos persistentes que enfrenta el país.
Contexto de la calificación
La calificación «B» se sitúa en la sexta posición dentro de la escala de Fitch Ratings, indicando un riesgo de incumplimiento importante con un margen de seguridad limitado. Esta clasificación sugiere que, aunque Nicaragua está cumpliendo actualmente con sus compromisos financieros, su capacidad para mantener este cumplimiento podría verse afectada por cambios adversos en el entorno económico y político.
Factores positivos
Uno de los principales factores que ha influido en la decisión de Fitch Ratings es la implementación de políticas fiscales prudentes por parte del gobierno nicaragüense. Estas políticas han resultado en superávits fiscales y en la acumulación de reservas externas, fortaleciendo la posición financiera del país. Además, el crecimiento económico sostenido en los últimos años ha sido impulsado por el consumo privado, respaldado por una expansión del crédito y un aumento significativo de las remesas.
En 2023, Nicaragua experimentó un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 4.6%, consolidando su recuperación tras años de contracción económica. Este crecimiento ha sido acompañado de una reducción en la deuda pública como porcentaje del PIB, lo que mejora la sostenibilidad fiscal del país.
Desafíos persistentes
A pesar de estos desarrollos, Fitch Ratings destaca varios peligros que podrían impactar la estabilidad económica de Nicaragua. Uno de los más importantes es la mala administración, reflejada en indicadores bajos en áreas como el Estado de Derecho y el Control de la Corrupción. Estos elementos reducen la confianza de los inversores y podrían influir en la habilidad del país para captar inversión extranjera directa.
Por otro lado, los conflictos políticos internos y las sanciones globales siguen siendo retos importantes. La opresión de la población y las limitaciones a las libertades básicas han resultado en sanciones impuestas por distintas naciones, lo cual reduce el acceso de Nicaragua a fondos internacionales y eleva su dependencia de entidades como el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Otro factor preocupante es la reciente aprobación de la «Ley de protección de los nicaragüenses ante sanciones y agresiones externas», que podría tener implicaciones negativas para el sector bancario del país, según advierten algunos analistas.
Visiones venideras
La visión estable otorgada por Fitch Ratings sugiere que, si no se producen modificaciones importantes en los elementos indicados, la evaluación crediticia de Nicaragua probablemente permanecerá intacta a corto plazo. No obstante, la entidad resalta que la capacidad del país para asegurar su estabilidad financiera dependerá de su aptitud para enfrentar los desafíos políticos y estructurales actuales.